El plástico
En la entrada de hoy vamos a hablar sobre un material muy utilizado hoy en día, el plástico. La cual está dividida en tres secciones: datos sobre el plástico como cifras del Foro Económico Mundial, las consecuencias y las posibles soluciones a los problemas.
El plástico se ha convertido en el material del siglo XXI, debido a su ligereza, versatilidad para el diseño, propiedades y precio. Se posiciona como firme candidato en la sustitución de los materiales tradicionales (madera, hormigón, vidrio, papel y cartón, fibras naturales, etc.) en una gran diversidad de sectores.
El Foro Económico de Datos estima que cada año terminan en los océanos del mundo ocho millones de toneladas de residuos plásticos. La previsión es que esta cantidad aumente hasta tal punto en la próxima década que llegue a cubrir 34 veces la isla de Manhattan. Se estima que el 80% de la basura plástica marina procede de tierra firme, y que el 20% restante se arroja desde las embarcaciones. Se ha encontrado plástico incluso en aguas polares.
Es alarmante que la producción mundial de plástico se haya incrementado un 500% desde 1980. El uso de plásticos ha aumentado 20 veces en el último medio siglo y se espera que se duplique de nuevo en los próximos 20 años.
Algunas cifras más del Foro Económico Mundial:
Más del 70% del plástico que se produce va a parar a colectores de agua que acaban en los ríos, mares y océanos. El 6% del petróleo se usa actualmente para producir plástico (en 2050 será el 20%) y en su producción se consume un 1% de las reservas de carbón de la Tierra, la cantidad máxima permitida para evitar que la temperatura del planeta suba en 2 grados centígrados.
El plástico tiene diversas consecuencias en nuestro planeta, aunque el mayor de los problemas es el daño medioambiental.
Uno de los problemas más severos es la destrucción del ecosistema. La principal preocupación es el efecto de los microplásticos, los cuales son partículas de hasta 5 mm de diámetro, manufacturados o creados con fragmentos plásticos. Son los organismos marinos quienes digieren los microplásticos. Según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EEUU, unos 100.000 ejemplares de fauna marina mueren todos los años por ese motivo. Los que no mueren asfixiados, o bien paulatinamente pierden peso y no se desarrollan bien, o contraen enfermedades por su ingestión. Sólo en el Pacífico Norte, se calcula que el 30% de los peces han ingerido plástico en su ciclo de vida con efectos devastadores para su crecimiento y desarrollo.
En segundo lugar, la toxicidad de los alimentos es una consecuencia que nos afecta directamente. Algunos aditivos que se usan para fabricar el plástico, transforman en tóxicos algunos alimentos cuando entrar en contactos con ellos. Dichos alimentos convertidos en tóxicos, contaminan la sangre y provocan problemas de salud.
Por otra parte, otro de los problemas es la difícil eliminación del plástico. Dependiendo del tipo de plástico y su composición tardarán más o menos tiempo es descomponerse, pueden llegar a tardar 1000 años en desaparecer. Por ejemplo, una bolsa de basura tarda 150 años en comenzar a degradarse. Algunas pueden llegar a permanecer intactas durante cuatro siglos.
A largo plazo, se pueden sustituir el plástico por materiales más biodegradables. Además, existen hongos (como los que crecen en la madera) y bacterias (como los microbios del suelo del género Pseudomonas) que pueden digerir plásticos de manera natural. El inconveniente es que la biodegradación requiere condiciones concretas, como altas temperaturas o luz ultravioleta.
Existen dos soluciones inmediatas: poner límites a su fabricación y el reciclaje del plástico tanto en ámbitos profesionales como personales.
El informe del Foro Económico Mundial y la Fundación Ellen MacArthur apunta que la gran parte de los envases de plástico se utilizan una única vez. “El sistema actual de producción, utilización y abandono de los plásticos tiene efectos negativos importantes: entre 80.000 y 120.000 millones de dólares se pierden cada año en forma de envoltorios plásticos que no son reutilizados”. La solución está en “repensar totalmente el sistema de embalaje” y en buscar alternativas al petróleo como material de base para su producción, esto es, buscar materiales que no dependan del petróleo.
Diferentes países han tomado también otras medidas para reducir el consumo de plástico. En Alemania, las tiendas ofrecen bolsas reutilizables gratis. En Holanda los supermercados las cobran a 2,60 euros. En Australia, los minoristas y políticos han lanzado la campaña "Di no a las bolsas de plástico". Y finalmente en Kenia están prohibidas desde 2007.
Este se trata de un problema global y para dirigir las soluciones del mismo modo y en unión se debería establecer un mecanismo de diálogo global.
Como hemos visto, el plástico es un gran peligro para el planeta. Una imagen vale más que mil palabras…
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