Amurrio

Con esta entrada damos la bienvenida al nuevo curso. Queremos agradecer de corazón todo lo que han hecho a todas aquellas integrantes que por diversas razones ya no siguen este año en el grupo. Muchísimas gracias por habernos enseñado tantas cosas y por habernos dado tantas oportunidades.

El pasado junio Diputación Foral de Álava invitó al grupo de jóvenes con voz propia a vivir una experiencia inolvidable. En Amurrio se celebraba el cierre de curso de voluntarios de residencias de personas mayores de Diputación de Amurrio, Llodio y Vitoria; nos invitaron a dar una pequeña charla en la cual hablamos sobre quiénes somos, cómo trabajamos, qué hacemos y principalmente hablamos del documental que hicimos en colaboración con Ajuria, el cual también expusimos. Ese día en representación del grupo fuimos Patxi, Esti, Marina y Esmeralda.
Lo que más nos llamó la atención fue que la edad media de los asistentes era elevada, es decir, la mayoría de ellos eran personas jubiladas que en su tiempo libre se dedicaban a ayudar en lo que podían. Esas ganas de vivir, esa ilusión reflejada en sus ojos, esas caras de emoción, esa sensación de bienestar y de orgullo por lo que se hace, todo lo que nos transmitieron fue increíble. Aunque nosotras fuésemos las que hablásemos aprendimos mucho más nosotras sin que tuviesen necesidad de hablar.
Tras la proyección del documental, el ambiente fue mágico. Caras de agradecimiento, de felicidad, de emoción. Indescriptible.

Recordamos perfectamente como al final de la charla, hubo voluntarios que quisieron compartir sus experiencias con nosotrxs. Algunas de las historias eran de superación, otras de parejas de señores mayores que como matrimonio se habían unido al grupo de voluntariado.
En cuanto terminamos la charla, la sala se inundó de aplausos. Nos inundó una sensación de agradecimiento y satisfacción inolvidable. Nos sacamos fotos con todos los voluntarios y tras ellas, empezamos a hablar con los voluntarios. Algunas de las cosas que nos dijeron se nos quedarán en la memoria y en el corazón para siempre. Por ejemplo, una señora nos dijo que en cuanto no pudiese ser autosuficiente y tuviese que dejar el voluntariado y entrar en una residencia, que le encantaría que las voluntarias de jóvenes con voz propia fuésemos sus voluntarias. Otra de ellas, nos dijo que ojalá cuando su nieto fuese más mayor pudiésemos ir a su colegio a darles las charlas de sensibilización sobre personas mayores.

Queremos despedir esta entrada diciendo que verdaderamente ellos son los ejemplos a seguir, que los aplausos se los merecen ellos y que ojalá sigan muchos años haciendo voluntariado con esa sonrisa y con esas ganas que nos transmitieron en Amurrio.
De verdad, fuisteis un público increíble y muy agradecido.
Gracias de todo corazón.


Marina y Esmeralda estábamos hablando
Se estaba proyectando el documental de Ajuria

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