CONSUMISMO

Lo que no saben, es que yo también observo y tomo nota de cómo es la sociedad que me rodea. En la época del año que me encuentro se llama Navidades. Hace unos cuantos años, yo veía a la gente preocupada por disfrutar, por reencontrarse con sus familiares. Hoy en día, no veo eso. Veo bolsas, muchas bolsas. Un mar de plástico. Carreras por encontrar el regalo más barato e incluso peleas. ¿Acaso se ha perdido el verdadero objetivo de la Navidad?

En un principio, eran un momento para juntarse y disfrutar. En el caso de los cristianos, era un momento de festejar el nacimiento de Jesús. Últimamente, parece que lo más importante de las Navidades son los regalos y habéis dejado de apreciar el valor de la compañía. Reducís la festividad a lo más superficial, vaciáis todo de su contenido más profundo. 

La tristeza de todo no es sólo que lo hagáis en Navidades, y en eventos como las Rebajas o el famoso Black Friday, sino que os pasáis la vida haciéndolo. Sois una especie vacía, lo único que os llena, momentáneamente, es consumir y a su paso destruir. Desde que nacéis consumís, vivís consumiendo y cuando morís, otros consumen por vosotros. La sociedad, vuestra sociedad, está basada en el consumismo. Hoy en día es lo único que os alimenta de verdad, lo único que os sacia. Si no hay consumo, la sociedad se estanca, se colapsa. Al fin y al cabo, sois como esas pobres gallinas que están confinadas a sólo poner huevos. En vuestro caso, vuestro fin en la vida es consumir, no tenéis libertad. No os engañéis, vuestro lema es: vivir por y para consumir.

Yo sé, que muchas veces cuando estáis tristes vuestra solución es comprar algo para haceros sentir mejor. El consumismo responde a la imposibilidad de saciaros y a una necesidad compulsiva, posiblemente, necesidad de llenar un vacío existencial. ¿No os dais cuenta que la plenitud que alcanzáis consumiendo sólo es momentánea? Los problemas siguen ahí, por comprar, no solucionáis nada. Lo peor de ello, es que vuestro consumismo descontrolado, nos lleva a la ruina a todos. Os estáis cargando el planeta poco a poco. La Tierra se queja, llora e intenta dialogar, pero no queréis escucharla, sólo la seguís destruyendo. ¿A caso no os dáis cuenta? El consumismo es una enfermedad. Una enfermedad que os ciega. No miréis para otro lado. EL CONSUMO OS CONSUME.


Ufff….otro año más estoy aquí plantado. Todo el mundo me observa, aunque últimamente me miran a través de unos dispositivos digitales y sacan pantallazos míos. Soy una atracción más en el centro de Madrid, para la gente sólo soy importante cuando tienen que hacer sus fotos, sino me ignoran. Lo que pasa es que yo soy una atracción momentánea, aparezco una temporada y me guardan hasta el año siguiente; por eso creo que se fijan tanto en mi. Sé que esas fotos son para subirlas a todas sus redes sociales y poner hashtags tales como #Madrid #NatureWorld #FelizNavidad #TreeOfTheYear, pero ¿qué sentido tiene? Si no vivo en la naturaleza... . También he apreciado que otro de vuestros mayores problemas es la hipocresía, pero eso es para otro capítulo.

Mis ramas viejas son ya, pero quiero advertiros antes de que me sustituyan por otro al haberme ido. Como sigáis dándole importancia a lo material, el factor humano desaparecerá y os convertiréis en las máquinas sin sentimientos que nunca quisisteis ser. El dinero, las propiedades, en definitiva, los objetos son como las estrellas fugaces bonitas pero pasajeras. No consumáis por el simple hecho de consumir, disfrutad de vuestra vida.


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