Mujeres que cambiaron el mundo (vol. II)

Esta entrada se trata de la segunda parte de esta especie de trilogía de "Mujeres que cambiaron el mundo" que hemos creado. En la entrada de hoy hablaremos sobre Nettie Stevens, Marie Curie, Mary Agnes Chase, Lise Mietner y Alice Ball.

6.- Nettie Stevens (genetista) Nació en 1861 en Vermont y falleció de manera prematura en 1912 y fue en gran parte olvidada e ignorada. Su comienzo en la ciencia tampoco fue fácil, tuvo que ahorrar para pagar su educación.
  Ella cambió la forma de estudiar los embriones y la citogenética. Debido a que se dió cuenta de que el sexo está determinado por los cromosomas “x” e “y”. La pregunta que se hacían en esa época era muy simple: “¿qué hace que un bebé sea niña o niño?” Gracias a ella se eliminaron las diferentes teorías erróneas. Mucha gente pensaba que para asegurarse de que el bebé fuera niño, tenían que concebirlo en verano pero claramente no funcionaba. Hasta ese momento los científicos creían que el sexo podía estar determinado por lo que comía la madre durante el embarazo o por la temperatura del cuerpo. Aun así, Nettie y otros científicos dudaban y pensaban en la posibilidad de que estuviese determinado por otros factores. Durante su investigación, ella trabajó diseccionando insectos como moscas de la fruta o escarabajos. Tras extraer los órganos sexuales, observó que los insectos masculinos tenían cromosomas en forma de X e Y y las hembras XX. Su trabajo más importante es “Estudios en espermatogénesis”. 

Además, fue una de las primeras mujeres de Estados Unidos en ser reconocida por su trabajo en investigación biológica. Gracias a su investigación Thomas Morgan tuvo la posibilidad de ganar el premio Nobel.



7.- Marie Curie (física y química) Nació en Varsovia, Polonia en 1867. Trabajó como institutriz para ayudar a pagar la educación de su hermana. Después tuvo la posibilidad de ir a París a estudiar en la Sorbona. Allí conoció a Pierre Curie, su compañero científico y su amor. Fue la primera mujer que consiguió un doctorado en Francia. Fundó el instituto Curie en París. También fue pionera en la investigación sobre la radioactividad, fue ella quien acuñó la palabra “radioactividad” y descubrió dos elementos: el polonio y el radio. A modo de curiosidad, el polonio recibe el nombre del lugar natal de la científica, Polonia y el radio se le llamó así por el sol. 
Marie y Pierre se pusierona a trabajar. Usando un electrómetro, Marie examinó compuestos resplandecientes (el científico Henri Becquerel, descubrió que las sales de uranio emitían un resplandor) y descubrió que la energía producida era del átomo de uranio. Ahora sabemos que los átomos que tienen un núcleo inestable, emiten partículas y liberan energía. Marie llamó a este efecto “radiactividad”. Para encontrar la fuente molieron otros materiales radiactivos y fue cuando encontraron los dos elementos. Lamentablemente, la radiación de los experimentos les estaba afectando, ahora sabemos que la intoxicación por radiación es letal. Se implicaron hasta tal punto que Pierre realizó pruebas con el radio en su propio brazo, lo que le dejó unas terribles quemaduras. En 1906, Pierre falleció en un accidente de carruaje. A pesar de ello y del riesgo que implicaba, Marie decidió seguir investigando y descubrió que el radio podía utilizarse como tratamiento para el cáncer. 
Aparte de eso, se pasó horas consiguiendo gas radón para enviarlo a los hospitales, hecho que la debilitó de salud. En 1914, en plena Primera Guerra Mundial, junto a su hija Irène, creó una unidad médica de rayos X para ayudar a los soldados heridos. Toda su investigación se sigue guardando en contenedores de plomo debido a que los materiales siguen siendo radiactivos. 

Tiene dos premios Nobel pero por si fuese poco, es la única persona que ha obtenido dos premios Nobel en dos disciplinas diferentes. El primero de ellos lo recibió en 1903, junto con su marido ganaron el Premio Nobel de Física por el descubrimiento de la radiación. El segundo lo recibió en 1911, en este caso era un Premio Nobel de Química por el descubrimiento del polonio y radio. Y por si fuese poco, fue la primera mujer honrada por sus propios logros con su entierro en el panteón de París. Marie Curie ha sido un ejemplo a seguir, de superación, que sabiendo todas las consecuencias y el peligro decidió contribuir a mejorar la humanidad. Hoy en día sigue siendo un referente.



8.- Mary Agnes Chase (botánica y sufragista) Era una mujer con un espíritu luchador digno de admirar. Nació en 1869 y creció en Chicago. Comenzó a trabajar después de estudiar primaria para poder ayudar económicamente a su familia. Para ello, trabajó en lugares muy diferentes como por ejemplo en corrales, en una tienda de comestibles o en una revista. Aunque en su tiempo libre, disfrutaba estudiando botánica. Sus pocos ahorros fueron invertidos para poder estudiar en la Universidad de Chicago y en el Instituto Lewis. Tuvo la oportunidad de trabajar con el botánico y reverendo Ellsworth Jerome Hill (fue su mentor, a cambio, ella realizaba las ilustraciones para sus artículos). Mary descubrió cómo utilizar un microscopio y realizó dibujos técnicos. Gracias a sus habilidades pudo trabajar como ilustradora en varios lugares como en el Chicago Field Museum de historia natural o en el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) en 1903. En este último lugar, trabajó como ayudante del botánico Albert Hitchcock. Juntos recolectaron y clasificaron gramíneas (en Norteamérica y en Sudamérica) hasta la muerte de Hitchcock, en 1935. En ese momento, se convirtió en la botánica principal a cargo de la agrostología sistemática. Por el hecho de ser mujer, a menudo se le negaban fondos para poder viajar, y como ella quería avanzar y seguir evolucionando tuvo que pagarlos de su propio bolsillo.

Debido a que identificó miles de tipos de especies de gramíneas a lo largo de todo el mundo, es considerada como la mejor agrostóloga (experta en gramíneas) del mundo. Además de identificar, recolectó más de 10.000 tipos diferentes de especímenes de gramíneas de todos los lugares del mundo. Mary llamó gramínea a “la planta que sujeta el suelo”, fue capaz de descubrir el hecho de que las gramíneas son las mejores para alimentar el ganado. Además, fue miembro honoraria del Instituto Smithsoniano y miembro de la Sociedad Linneana de Londres. Por otra parte, también escribió e ilustró en solitario un primer libro sobre gramíneas denominado “La estructura de las gramíneas explicada para principiantes”. Una gran cantidad de alimentos actuales fueron analizados gracias a su investigación. Como dato curioso, su casa de Washington D.C., conocida como “casa contenta”, se volvió en un sitio en el que las botánicas latinoamericanas se quedaban mientras aprendían en Estados Unidos.

A nivel de lucha social, fue una mujer muy interesante. Fue miembro activo del NAACP (National Association for the Advancement of Colored People, en español, Asociación Nacional para el Avance de la Gente de Color) y está relacionada con la lucha a favor de los derechos de la mujeres como por ejemplo el derecho a votar, ella fue una sufragista. Se manifestó por el derecho de la mujer a votar en Estados Unidos, incluso cuando el USDA amenazó con despedirla. De manera valerosa, participó en la huelga de hambre de 1918, durante la cual fue encarcelada y la obligaron a alimentarse. Gracias a sus sacrificios y a los de muchas mujeres más, ganaron su derecho a voto en 1920.



9.- Lise Meitner (física) Nació en 1878, vivió felizmente en Viena. Ella amaba la ciencia, pero fue consciente de que por su condición de ser mujer, tendría que luchar más para poder optar a una educación. Después de su doctorado, fue a trabajar al Instituto Químico de Berlín, en 1907, donde conoció a su compañero Otto Hahn. Descubrió un elemento nuevo llamado protactinio junto a su compañero de laboratorio, Otto Hahn. Hasta que el Gobierno permitió oficialmente que las mujeres pudieran acudir a la universidad, realizó toda su investigación en radioquímica en un sótano frío y húmedo. 

Los dos estaban intentando descubrir nuevos elementos artificialmente disparando neutrones contra átomos de uranio. La investigación quedó interrumpida con la llegada de los nazis al poder, gracias al físico Niels Bohr pudo escapar de Alemania (puesto que ella era judía) en 1938 y continuó su trabajo con Otto mandándose cartas en secreto. Lise se dió cuenta de que no estaban creando un nuevo elemento, sino que su trabajo estaba provocando que el núcleo del átomo se separase en partes más pequeñas, liberando energía. Desde la lejanía, Lise descubrió y explicó el funcionamiento de la fisión nuclear (reacción nuclear que libera energía nuclear). Para explicarlo, comparó la fisión nuclear con el estiramiento de la masa de la pizza. La energía emitida por el experimento de la fisión fue descrita como 20 veces más poderosa que el T.N.T. .

 Hay varias curiosidades en su vida, por ejemplo, cenó con el presidente Truman como la mujer del año o conoció a Albert Einstein quién la describió como la Marie Curie alemana. Fue ella la primera en darse cuenta que la famosa ecuación de Einstein, E=mc2, explicaba por qué en la fisión nuclear se liberaba tanta cantidad de energía y también que toda esa energía podía ser utilizada para construir armas. Cuando se conoció esto en el mundo científico, y sabiendo que los alemanes tenían ese conocimiento, algunos trataron de hacer ver a los gobernantes lo peligroso de aplicar sus descubrimientos a la industria armamentística. Sin embargo, como sabemos, desgraciadamente, las bombas nucleares se construyeron y utilizaron. A Meitner llegaron a ofrecerle trabajar en el proyecto americano, pero ella lo rechazó. Siempre se opuso a este uso de la energía nuclear. En la Segunda Guerra Mundial ayudó a Austria como enfermera de rayos X.
El Premio Nobel nunca llegó. En 1945 La Real Academia de las Ciencias de Suecia anunció que Otto Hahn, el colega de Lise Meitner, iba a ser galardonado con el Premio Nobel de Química por sus descubrimientos en fisión nuclear. A pesar de que ella había tenido un papel fundamental en las investigaciones, no se prestó atención a su figura. A menudo, se cita a esta científica como uno de los casos más claros en los que los máximos reconocimientos han pasado de largo. Posteriormente, sí que se le dió cierto reconocimiento, pero nunca de la magnitud de ese Premio Nobel que pudo ser suyo. Por ejemplo, el elemento número 109, el meitnerio que fue denominado de tal manera en su honor.

Lise Meitner fue una de las científicas más importantes del siglo XX. A pesar de las adversidades que vivió a lo largo de su vida, al régimen nazi o a la falta reconocimiento, siempre estuvo entregada a la investigación y al progreso.

Ella cambió la física para siempre. Ella cambió el mundo para siempre.

Una de sus frases más famosas es “La vida no tiene por qué ser fácil, siempre que no esté vacía.”



10.- Alice Ball (química) Alice Ball nació en Seattle en 1892. Su abuelo fue un famoso fotógrafo, y fue en su cuarto oscuro, donde Ball descubrió lo fascinante que es la química. Se convirtió en la primera afroamericana y en la primera mujer licenciada en la Universidad de Hawái. Miles Jackson (profesor y decano emérito de la Universidad de Hawái) señaló la dificultad de lo que consiguió Ball: “Los hombres dominaban la educación superior en 1915, y Alice Ball fue admitida contra todo pronóstico”. Junto a otros autores, publicó un artículo en el Journal of the American Chemical Society cuando aún estaba en la universidad. A modo de dato curioso, esta universidad honró a Alice con una placa en un árbol de chaulmugra, y además, el 29 de febrero (cada cuatro años) es el día de Alice Ball en Hawái.

A principios de siglo XX, había una emergencia de salud pública. La lepra, ahora denominada como la enfermedad de Hansen, se estaba propagando y el efecto de esta enfermedad fue devastador. Esta enfermedad causa entumecimiento, lesiones cutáneas que se desembocan en deformidades y daños en los nervios y ojos. Debido a esta enfermedad altamente contagiosa, la policía arrestaba a los enfermos y los aislaba en la leprosería de Kalaupapa, una isla hawaiana de Molokai. Desde 1866 hasta años entrados en el siglo XX, más de 8000 personas con lepra habían sido enviadas a Kalaupapa.

En ese momento, sólo se disponía de una fuente de alivio para la enfermedad: un pegajoso y espeso aceite extraído de las semillas del árbol chaulmugra. Al ingerirlo, el aceite provocaba grandes dolores de estómago y restregarlo por la piel tampoco era la mejor opción. En el caso de ser inyectado, resultaba imposible ser mezclado con agua debido a que la mezcla inyectada era ineficaz y dolorosa cuando se inyectaba. Alice Ball inventó el método Ball, un tratamiento químico que ayudó a curar la lepra. Ese tratamiento era el único que funcionaba contra la lepra hasta que se desarrollaron los antibióticos en la década de 1940. Tras aislar los ésteres de etilo de los ácidos grasos, descubrió que el aceite se podía mezclar con agua de tal forma que podía ser inyectado. Una vez no había miedo al contagio, los enfermos no necesitaban ser aislados y en 1914, los pacientes podían estar con sus familias y ya no se veían forzados el exilio.

Alice Ball, murió demasiado pronto, en 1916, se cree que mientras estaba dando clases en su laboratorio inhaló accidentalmente gas de cloro. Ahora se la recuerda por haber encontrado la cura para lo que parecía una enfermedad sin esperanza.

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